La llegada a Londres no fue fácil, estar en un país con otro idioma y superpoblado al principio puede desquiciar un poco, o mucho. Esta primera semana ha sido de locos. Desde la salida de "Calviá" me da la sensación de no haber parado ni un solo instante. Hemos decidido traer solo lo indispensable, ropa y cuatro chorradas para comer, por si acaso, tuvimos que elegir y decidimos dejar la olla Express, aparentemente sin importancia, y dos libros que me quería traer, y debería haberlo hecho. Aún así veníamos hasta atrás de cargados. El vuelo salía desde Madrid. Mi padre se ofreció a llevarnos, seguramente por la insistencia de mi madre, para quedarse tranquila. Mi hermana también nos acompañó, toda una muchedumbre para despedirnos, ¡como si esto fuese irse a la guerra! Consejos, odio los consejos, tanto darlos como recibirlos, y lagrimillas. Bueno como iba diciendo llegamos a Madrid. Como el vuelo salía de madrugada habíamos quedado para cenar en el chalet de mis tíos, donde yo había pasado mis mejores vacaciones siendo un adolescente. La sensación era extraña, recordaba aquella casa como un lugar alegre, vital, lleno de energía, limpio, con un césped muy cuidado. Todo había cambiado, el césped me llegaba por las rodillas y en el lugar donde solían estar unas coloridas flores ahora crecían las malas hierbas.
Me embargó una sensación de angustia, vacío, desquiciamiento, nerviosismo, no sé.... recordaba esa letra de Sabina que dice que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Total, que estaba deseando haber cogido el avión en mi ciudad; mi tía, que en mi adolescencia rebosaba alegría y vitalidad, ahora, estaba fatal. Mi tío, estaba como siempre, siempre ha sido bastante borde y entrometido, es de esas personas que han prosperado rápidamente y quieren comportarse como si hubieran sido millonarios toda la vida pero no saben, no encuentran su lugar. Sus vecinos millonarios lo rechazan por sus impertinencias y modales, y sus vecinos del pueblo lo rechazan por millonario. Llegó mi primo Edu y relajamos un poco las cosas, es gay, aunque nadie lo sabe, él jamás será capaz de reconocerlo, es un tema tabú en mi familia. En mi familia nunca se ha podido hablar de ningún tema políticamente incorrecto. La verdad es que nunca se ha podido hablar de nada. Comemos viendo la televisión, cuando terminamos cada uno se levanta y se va. No solo me pasa con mis padres, en casa de mis tíos es igual.
Se que es gay no solo porque tiene treinta y cinco años y nunca ha tenido novia ni nada parecido, no, lo sé porque un día hurgando entre sus cosas, mientras el se había ido a currar, encontré una colección de películas porno, y por supuesto las metí en el video. No vi mas de diez minutos, tenia quince años y aquellos hombres tocándose y sodomizándose era demasiado incluso para mi perversa mente adolescente. Llegó mi prima Camino, durante muchos años ha sido mi prima favorita, siempre quería estar con ella. Cuando estaba en Madrid me llevaba de copas con sus amigos, me dejaba su moto y si alguna vez yo me escapaba a Gran Vía y llegaba un poco más tarde de la hora fijada por mis tíos, siempre me cubría.
¡Quien la ha visto y quien la ve!; parece que ha envejecido de repente, se ha vuelto falsa, pija y tan borde y engreída como su padre.
Todo el mundo se empeñó en acompañarnos al aeropuerto, tengo 26 años, aún así, me siguen tratando como si no pudiese ir solo ni a mear.
Nuestro vuelo, un charter baratillo que tenia que salir a las tres menos cinco de la madrugada, finalmente salió a las cuatro.
Afortunadamente, conseguimos deshacernos de la "family" una vez embarcadas las maletas y nos tiramos en el suelo a dormir un rato,- por fin vida de aventurilla- pensé.
Después de mirar y remirar que no subía a bordo ningún posible hombre-bomba, y si lo hubiese hecho seria igual, embarcamos en un avión grande pero estrechito cuyo motor hacia un ruido horrible.
Llegamos a Londres sin problemas, tren, metro, plano y al albergue, mejor de lo que esperaba, salvo que la habitación era de literas y yo prefiero las camas grandes.
El primer día tanteamos el "Job Centre" mas cercano en busca de un empleo, algo según todos fácil de encontrar en Londres. Acabamos un poco descolocadillos, pero eso no nos iba a desanimar.