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EL DIA QUE VÍ A MADONNA: CAPITULO IV: LA HABITACIÓN
EL DIA QUE VÍ A MADONNA
  CAPITULO IV: LA HABITACIÓN



19 de Octubre de 2001.
Zoe esta en la ducha, está intentando quitarse el amargo y penetrador aroma a lejía que llevamos impregnado desde que hemos llegado de nuestro primer trabajo en Londres.
Zoe la odia, no soporta el olor a lejía. Tiene el olfato de un perro, puede detectar cualquier olor por lejano que esté.
Recuerdo que cuando la conocí, una de las primeras cosas que me dijo fue:
-me encanta como hueles-
Al principio no reparé en aquella afirmación, me sentí halagado, sin más. Después de conocerla sé que mi olor para ella es un factor igual de importante que mi físico ó mi personalidad.
Ayer hemos comenzado a trabajar como “cleaners” en unas sucias oficinas de una empresa de transportes de Stratford. “Cleaners”, lo pienso y lo escribo en inglés, auto engañándome, sabiendo que lo que realmente significa es limpiadores, pero hasta que no me haga a la idea me suena mejor así.
El trabajo es sencillo, no tiene nada de especial. Limpiamos y ordenamos las mesas de trabajo, quitamos las tazas de café que se han ido amontonado a lo largo del día frente a la pantalla del ordenador, aspiramos la moqueta y limpiamos los baños. Zoe y yo nos turnamos. Yo me ocupo del aspirador (por su peso) y de limpiar los baños mientras ella se encarga de limpiar las mesas, recoger las tazas de café y fregar la cocina. Me molesta como babean algunos de los trabajadores que se quedan haciendo horas extras mientras Zoe recoge sus mesas. Supongo que me acostumbraré, es solo el principio. Después de todo, mejor tener un mal trabajo que no tener ninguno. Venimos muy mentalizados de que vamos a tener que hacer trabajos así si queremos establecernos y conseguir salir adelante.
Conseguimos el trabajo gracias a Francisco, un colombiano de veintitrés años que limpia junto con su novia Jimena de veintidós el albergue donde Zoe y yo nos quedamos. Por el momento esta siendo nuestra principal ayuda aquí. Logré llamar su atención el primer día que pisó nuestra habitación. Estaba tan ansioso por conseguir un trabajo y un apartamento que lo abordé en cuanto lo oí hablar:
-Hablas español- le dije
-Si, soy Colombiano- respondió él.
Eso fue todo lo que necesité, a partir de ese momento comencé a interrogarlo para que me dijese que era lo primero que debíamos de hacer para encontrar un trabajo y un sitio donde vivir. Me dijo que para conseguir un trabajo lo primero que me pedirían seria tener una residencia fija. También me explicó que debíamos abrir una cuenta en un banco ya que nos la pedirían para todo.
Después de esta valiosa información, Zoe y yo salimos a la calle seguros de que teníamos todo lo que necesitábamos y que como todo el mundo siempre nos había dicho, encontrar piso en Londres era bastante fácil. Así que decididos compramos el Loot, el periódico de anuncios por palabras mas famoso de Londres, nos sentamos en un pub y comenzamos a leer la parte que decía “to rent” (para alquilar). Ansiosos e ilusionados comenzamos a leer uno de los anuncios:

Apartment, Wimbledon, SW19

Ideally located, this fantastic two bedroom and two bathroom, split level ground floor flat in a purpose built building. The property has been updated throughout and has a number of notable features including contemporary pinewood effect kitchen with intergrated appliances, wooden flooring, en-suite bathroom with pumped power shower and tiled floor. Additionally the property benefits from double glazing throughout. Off street parking, long lease and very close to Wimbledon Central and local amenities. No chain. Sole Agents.
For more information on this number: +(0)2077381485
Price: £300.00 pw

De pronto nos miramos y una sensación de autentico pavor nos embargó. Hasta ese momento ni siquiera habíamos caído en la cuenta de que todo estaba en Inglés. Si, habíamos hablado con algunas personas en el albergue, habíamos sacado con más o menos dificultades el billete de metro, y en el pub nos habían dado una cerveza, aunque sinceramente yo quería una clara. Pero esto era distinto, nuestro futuro más inmediato dependía de que consiguiésemos descifrar aquellos anuncios por palabras, y no solo eso, sino que una vez descifrados debíamos llamar al número indicado y entender a nuestros interlocutores al otro lado del teléfono. Aún así durante los siguientes tres días lo intentamos, nos fijábamos primero en el precio, una vez veíamos que podíamos permitírnoslo, intentábamos descifrar el resto. El primer día llamamos a dos de ellos. Zoe me cedió el dudoso honor de hablar por teléfono.
-Hello, I have seen in the loot that you rent an apartment- me sentí especialmente orgulloso de que me entendiese.
- Yes, is in ssssssssss,
-sorry, Can you repit please?- Eso tampoco me salió nada mal
-Of course, is situated in Strufo- Eso entendí yo
-Can you spelling for me please?- Definitivamente tampoco lo hacia tan mal
-S-T-R-A-T-F-O-R-D.
-Stratford, lo entendí- colgué. No sabía la dirección, ni a que hora nos podíamos citar, ni como llegar, pero involuntariamente colgué. Me había costado tanto llegar a la conclusión de que el apartamento estaba en un sitio llamado Stratford que debí quedarme exhausto.
Volví a llamar:
-I call you before
-Oh yes, the phone ssssssss work sssssss
-What is the adrees
-twenty one of “carpeta” road
-When I can go to see you
-Today at half past seven
-Ok-
Esta vez al colgar tenía la sensación de que lo había hecho muy bien, sabia todo lo que necesitaba, la dirección y la hora.
Cogimos un callejero dispuestos a buscar aquella dirección, carpeta road, yo no tenía dudas de lo que había oído. Buscamos y buscamos pero nada, ninguna carpeta road. Entonces nos pusimos a buscar las calles que en Stratford comenzaran por Ca y que sonasen a algo parecido a Carpeta. Finalmente dejamos de buscar. De todas formas Stratford estaba un poco lejos del centro y nosotros por el momento no teníamos pensado alejarnos.
Probamos otra vez ese día. Pero nada. Nos fuimos al albergue con un terrible desasosiego, parecía que nos iba a ser imposible conseguir un puto apartamento.
Esa misma noche en el albergue hablando con la chica de recepción descubrimos que carpeta road era en realidad Carpenter road.
Al día siguiente continuamos nuestra odisea, y conseguimos concretar alguna visita. Casi hubiésemos preferido no hacerlo porque lo que vimos nos indignó aún más. Visitamos algunos sitios en los que íbamos apartando yonquis y borrachos mientras subíamos las escaleras para encontrarnos, al abrir la puerta, con un apestoso apartamento en el que en cuatro huecos vivían unas diez personas.
En nuestro última jornada en el albergue (solo se pueden estar seis como máximo) aún no teníamos un sitio donde dormir al día siguiente.
Finalmente, desesperados, asaltamos a un chico español en mitad de la calle, le dimos el loot y le dijimos lo que buscábamos. Nos vio tan exasperados que accedió y nos concertó cuatro citas para ese día. Tan solo necesitamos una. En la primera vimos una maravillosa habitación de veinte metros cuadrados dentro de una estupenda casa victoriana situada en una de las zonas más exclusivas de Londres. Nada mas verla supimos que habíamos encontrado nuestro refugio en este Londres que hasta el momento se nos mostraba tan inhospitalario.
La dueña de la casa es una típica Madam Inglesa, Miss Tatiana Peters, tiene aspecto de cantante de opera y un perfecto (creo yo) acento británico. Una mujer con semblante desagradable y que parece esconder grandes historias.

 
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EL DÍA QUE VÍ A MADONNA, ES EL DIARÍO DE DOS JÓVENES INCONFORMISTAS, CANSADOS DE UNA VIDA DONDE YA TODO PARECÍA ESTAR ESCRITO. ES LA BUSQUEDA DE SU OTRO YO EN UNA CIUDAD DONDE TIENEN QUE PARTIR DE CERO, FUERA DEL APOYO Y LA COMODIDAD APARENTES DE SUS FAMILIAS. ZOE Y OTTO SON 2 PERSONAJES QUE REIVINDICAN SU PROPIA IDENTIDAD EN UN MUNDO EMPEÑADO EN NEGARSELA.

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Lugar: Asturias, Spain

Responsable de Comparte MiModa, "Le Petit Coquelicot" y Commonline. Diseñadora y creadora del evento de moda "The way we live" Emprendedora, proactiva, mama de dos niños. Socia del El Parto es Nuestro. Aficionada al padel, a la fotografía, a la reposteria, al Do it yourself, a la jardinería... Fan absoluta de la red porque entre otras millones de cosas me permite darle la merienda a mis hijos todos los días. Para contactar conmigo puedes hacerlo a través de compartemimoda@gmail.com

CAPITULO I: ZOE

CAPITULO II: OTTO

CAPITULO III: ZOE HA LLEGADO A LONDRES

CAPITULO IV: LA HABITACIÓN

CAPITULO V: UN JARRO DE AGUA FRIA

CAPITULO VI: BUROCRACIA

CAPITULO VII: FRIO NOVIEMBRE

CAPITULO IX: CLASES DE INGLÉS

CAPITULO X: PESADILLA ANTES DE NAVIDAD

NOTA DEL AUTOR

En Orden Cronológico